sábado, 24 de noviembre de 2012

LANZAMIENTOS SOBRE VIVIENDAS, OTROS COMENTARIOS DEL NOTARIO ÁNGEL AZNÁREZ Y MÁS


En este, mi humilde blog, publiqué varios artículos  publicados en LA NUEVA ESPAÑA del notario ÁNGEL AZNÁREZ  que alertaban del problema del tema que sigue, ( el día 11 de noviembre, "La crisis de la hipotecas"; el día 18, "Los mercados de las hipotecas" y el 24 pronunciaba una conferencia, también recogida en el blog), por lo que éste que ahora ofrezco a mis amigos-lectores, no resulta novedoso ni aporta nada nuevo, pero si lo traigo a colación es porque quiero resaltar una cuestión que me trae de cabeza -coloquialmente hablando- y no es otra, que constatar que mi notario de cabecera -sin que tenga yo cuestiones notariales pendientes- tiene un don visionario que hace que siempre se anticipe a cuestiones que luego  salen a la luz como si quien las escribe acabase de descubrirlas. 
En una ocasión, le pregunté a un amigo, inteligente, con una dirección muy importante a su cargo, a quien admiraba mucho, qué era para él una persona inteligente. No dio ningún rodeo para responderme, simplemente me dijo que la persona inteligente es aquella que se anticipa a los acontecimientos, que es capaz de prever las consecuencias de determinadas acciones. Desde entonces, desde que Antonio me dijo lo que antecede, sigo, o tal vez persigo, con avidez a aquellas personas que me anuncian lo que va a venir. 
                                                                                          Isabel

"PIERDEN SUS VIVIENDAS Y EMBARGAN SUS PENSIONES", es el título del artículo que sigue y que rescato  de "EL CONFIDENCIAL". 

Avalistas, víctimas colaterales de los desahucios y olvidados del sistema hipotecario 


(ELENA SANZ, "El Confidencial", 2 de diciembre de 2012).-Sus historias también son dramáticas aunque apenas ocupan minutos en los telediarios ni portadas en la prensa escrita. Muchos han perdido su vivienda y otros están a punto de perderla. A otros les han embargado la pensión, la nómina... Son víctimas colaterales de la crisis, del desempleo, de los desahucios...

Son los avalistas. Padres, madres, familiares o amigos que, movidos por un acto de buena voluntad o generosidad, ahora eso ya no importa, decidieron poner a disposición del banco todo su patrimonio, presente y futuro, para que su hijo, tío, primo o amigo, pudiera comprarse una vivienda.
“No sabían hasta qué punto estaban comprometiendo su patrimonio. Pensaban que en caso de problemas sólo peligraría su nómina, no más", explica Pau A. Monserrat, director editorial del comparador de productos bancarios iAhorro. "De hecho, muchos eran muy reticentes o se negaban a que el banco les pidiera la escritura de su vivienda para poder dar luz verde a la hipoteca. Pero en la práctica, para la entidad era tan sencillo como pedir al registro una copia simple de la escritura y sacar adelante la operación. Ha sido un suicidio patrimonial", se lamenta.
Ahora, con el estallido de la crisis y la imparable escalada del paro, muchos de ellos, padres que avalaron a sus hijos y ahora jubilados y con la vivienda pagada, se encuentran en una situación vital mucho más difícil de las personas a las que avalaron.
Y lo peor es que "son los olvidados del sistema hipotecario", ya que, como recuerda Pau A. Monserrat, "todas las medidas antidesahucio aprobadas hasta la fecha excluyen esta casuística. No se aplican si hay avalista. No protegen le protegen ni él, puede perder su vivienda, ni a la persona que avaló aunque ésta cumpla todos los requisitos del decreto ley".
“La banca está yendo contra muchos avalistas ante la situación de insolvencia de los cliente que no puede pagar su hipoteca. Van a por sus bienes, la pensión o todo aquello que se pueda embargar”, apunta José Ignacio Gómez, abogado de Legal & Media.
Los avalistas se han convertido en objetivo de las entidades. Para Carlos Guerrero, abogado de MAB & Legal, "intentan embargar todas las fincas que pueden. Ejecutan la hipoteca principal, pero en la demanda la amplían a los avalistas solidarios, como por ejemplo hermanos o padres. Estos últimos suelen contar con inmuebles libre de cargas". Y añade: "más sangrante incluso que la ejecución hipotecaria es la ejecución del avalista. Que cuando del deudor principal falla en el pago de la hipoteca y se le desahucia, el banco continúe la ejecución contra la vivienda del avalista, normalmente algún familiar directo del deudor".
Pero, ¿por qué avalaron?
Ante este panorama y ante los riesgos que asumían los avalistas, ¿por qué cayeron en la trampa? En plena fiesta inmobiliaria y a pesar del fácil acceso al crédito, la figura del avalista estaba a la orden del día. "No sólo pedían a un hijo que trajera la firma de sus padres para concederle la hipoteca, también exigieron a muchos empresarios y emprendedores que avalaran sus negocios", apunta Santiago Viaciano, abogado de V. Abogados.
"La mayoría de las operaciones iban a más del 80% de la tasación. Para llegar a ese 100% muchas entidades exigían un avalista", explica Pau A. Monserrat.
En su opinión, "muchos de los que avalaron no eran conscientes de lo que significaba firmar un aval, pensaban que el precio de la vivienda nunca iba a bajar y que a las malas podrían vender la vivienda de su hijo para hacer frente a la deuda. Lo que no ha sucedido.  Muchos otros sí sabían que arriesgaban mucho pero que pensaban que como mucho perdería la vivienda su hijo. No ellos. Y por otro, había muchos inmigrantes que ni siquiera sabían que en España no existía la dación en pago. Que no bastaba con entregar las llaves de la vivienda para saldar la deuda. Muchos pensaron que en el peor de los casos les embargarían la nómina".  
José Ignacio Gómez recuerda que en España "se realizaron muchísimos avales cruzados. Unos inmigrantes avalaban a otros. Tanto ellos como las entidades sabían cómo hacerlo y en qué plazos para que no aparecieran en los registros y las operaciones pudiera salir adelante". Muchos de ellos dejaron las llaves en el banco y volvieron a su país. A muchos de ellos, el banco nunca les localizará.
Empresarios y emprendedores no se libran
La presencia del aval no ha sido exclusiva de las operaciones hipotecarias. También ha estado a la orden del día en el mundo empresarial. Especialmente cuando se cerró el grifo del crédito y muchos empresarios necesitaron capital para poder mantener a flote sus negocios.
 "Es sangrante. Últimamente estamos viendo cómo a la hora de ejecutar, por ejemplo, pólizas a empresas, con avales de los socios, las entidades buscan trabar embargo sobre los bienes que no tienen hipoteca o los mejor valorados. Ahora muchos socios se han separado por la crisis, y con los avales solidarios el banco va a por el más solvente", explica Carlos Guerrero.

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  AZNÁREZ ADVIERTE  QUE LOS HEREDEROS DE UN AVALISTA HIPOTECARIO SON RESPONSABLES DE LA DEUDA, en la conferencia pronunciada en Mieres, cuyo resumen publicado en "LA NUEVA ESPAÑA" reproducimos a continuación


( Mieres del Camino, J.VIVAS, 25 de noviembre de 2012) Las consecuencias de avalar a familiares en el momento de firmar una hipoteca centraron gran parte de la conferencia impartida, en Mieres, por el notario Ángel Aznárez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, bajo el título “Crisis múltiples, también de las hipotecas”. La charla se incluyó dentro del ciclo organizado por el colectivo “Tertulia 17”.
Foto procedente de LA NUEVA ESPAÑA

Aznárez aseguró que “viene siendo relativamente frecuente que, además de  la garantía hipotecaria, tanto los bancos como las cajas hagan firmar como fiadores o avalistas a padres y abuelos a la hora de solicitar una hipoteca”. Estos avalistas familiares “afianzan a sus hijos, sin ser conscientes de las consecuencias de ese afianzamiento”, destacó. El problema, según Aznárez, es que “ignoran lo que pasa si fallece el fiador. La gente, al pensar en una herencia, suele creer que sólo se reciben bienes, pero también heredan las deudas y las obligaciones del muerto”. Esto es, que la fianza se transmite a sus herederos.

Entre las repercusiones se encuentran las fiscales y las civiles, destacó. Las primeras, provienen del impuesto de sucesiones, mientras que las segundas, se generan cuando la obligación de pagos del fiador pasa a sus herederos cuando fallece. En el caso del aval hipotecario, “cada heredero, en principio, responde por la totalidad de la deuda afianzada al banco o  la caja de ahorros. Estas entidades pueden reclamar a cualquier heredero la totalidad de la deuda y si voluntariamente no la paga, le puede embargar lo mismo los bienes que haya recibido del fiador fallecido que los bienes que haya adquirido el heredero sin relación con la herencia”.

Sin embargo, Aznárez aseguró que existen varias vías de solución.”Si el fiador ha fallecido, sus herederos habrán de ser muy cautos antes de aceptar una herencia”. Hay dos maneras de aceptarla, de forma expresa o tácita. Eso sí, una vez aceptada es irrevocable. Para que los herederos no tengan que responder ilimitadamente y con su propio patrimonio a una herencia con fianza, “estos han de aceptar la herencia en la modalidad que se conoce como beneficio de inventario”. Una modalidad que, según Aznárez, “es complicada de procedimiento y está sujeta a unos plazos respectos de los que se ha de estar atento”.

Otra opción es renunciar a la herencia como una manera de librarse de esas responsabilidades. También cabría la posibilidad de que al pactar la escritura pública de la hipoteca y afianzamiento, se acuerde que el aval se extinga automáticamente  al fallecer el fiador. Aún así, el notario señaló que “será difícil que las entidades la acepten”.

Además, de estas cuestiones, Aznárez también hizo alusión durante su conferencia al concepto de crisis, tanto económica como de las hipotecas, y a la burbuja inmobiliaria. Para concluir el acto se celebró un coloquio con el público asistente.


 Al resumen periodístico de la conferencia, un resumen muy bueno y fidedigno, deseo añadir (Angel Aznárez) lo siguiente:

    A).- Es muy interesante lo que dispone la vigente Ley 531 de la Compilación Civil y Foral de Navarra: "La obligación del fiador se transmite a los herederos. Sin embargo, si la responsabilidad derivada de la fianza, les resultare extremadamente onerosa, podrán solicitar la revisión judicial de la obligación..." .

    B).- Las consecuencias de la responsabilidad de los herederos de fiador o avalista fallecido, al poder ser extremadamente onerosas, ha llevado a algunas Audiencias Provinciales -sólo algunas (hay disparidad de criterios)- a tratar de minorar las consecuencias, siguiendo las pautas de la sentencia del Tribunal Supremo de 29 de abril de 1992. Pero esa sentencia no es Jurisprudencia en sentido estricto ni esta pronunciada "en interés casacional".

    C).- Repárese en el hecho siguiente: los padres que suelen afianzar o avalar los préstamos hipotecarios de sus hijos, suelen tener 50, 60 o 70 años, teniendo las hipotecas una duración de 20, 30, incluso 40 años de duración.

   
Más comentarios a añadir, hoy, 27 de noviembre:

D).- El objeto de la Conferencia fue “avisar” ante lo que en un tiempo próximo puede ocurrir. Por el estrépito y la alarma social causados por las ejecuciones hipotecarias de las viviendas (los llamados desahucios), las entidades financieras buscarán otras maneras de cobrar lo que se les debe por razón de los préstamos hipotecarios (incluidos los interese del demora, en algunos casos al 29%). Tratarán de hacerlo sin la escandalera de la subasta, y de forma más discreta.
Ahí aparecerán los fiadores (o avalistas) y sus herederos, que, al no pagar voluntariamente, podrán ver embargadas, por ejemplo, sus cuentas corrientes o sus segundas residencias (no la vivienda habitual).
Ese fue el aviso.

E).- Cada día, desgraciadamente, es más frecuente fallecer con deudas. Entre los múltiples supuestos, pienso, por ejemplo, en las personas ancianas que dejan impagos en residencias, públicas o privadas, y que nada más fallecerse reclaman a los herederos. Si el heredero no quiere que su patrimonio, el personal, se vea afecto a esas responsabilidades, habrá de ser diligente antes de aceptar expresamente una herencia, y debiendo ser muy prudente para no realizar actos que supongan una aceptación tácita.

La cuestión no es fácil. Habrá casos en que pronto, al poco de fallecer, se conozcan por los herederos las deudas del difunto. Y habrá casos en que se tarde bastante en conocerlas; es el caso, entre otros, de las fianzas o avales. Hay un caso muy ilustrativo: la Agencia Tributaria puede inspeccionar las Declaraciones de Renta del fallecido que no hayan prescrito (cuatro años), y como consecuencia de ello, pueden surgir responsabilidades económicas muy importantes para los herederos, que pasan a ser obligados tributarios (léase el artículo 39 de la Ley General Tributaria).

F).- Debe tenerse en cuenta que los plazos para acogerse al llamado “Beneficio de inventario”, protegiendo así el patrimonio personal del heredero, en algunos supuestos establecidos en el Código Civil (artículos 1014 y 1015), son muy perentorios.
Un texto legal, llamado a tener en el futuro mucha importancia, es el artículo 1(2) de la vigente Ley Concursal (concurso de acreedores), que dispone: “El concurso de la herencia podrá declararse en tanto no haya sido aceptada pura y simplemente”. La solicitud de concurso de la herencia, formulada por un heredero, producirá los efectos de aceptación de herencia a beneficio de inventario (Artículo 3º, apartado 4º de la Ley Concursal).



Tres letras más (G,H,I) y últimas, hoy, 29 de noviembre de 2012

G).- No ignoro que la palabra LANZAMIENTO es de raigambre o tradicional en el Derecho español; en leyes procesales y en sustantivas; en el pasado y en el presente (Ley de Enjuiciamiento Civil, artículo 675) y Ley de Propiedad Horizontal, artículo 7,2). Se sabe que a partir de la Constitución española de 1978, los juristas no deben emplear palabras tradicionales que choquen con los nuevos y democráticos valores constitucionales. La palabra LANZAMIENTO es una de ellas; es una palabra violenta y de ejercicio de la violencia sobre personas que tienen, según la Constitución, derecho a una vivienda digna, en alquiler o en propiedad.
El artículo 1 del Real Decreto Ley 27/3012, de 15 de noviembre, “de medidas urgentes para reforzarla protección a los deudores hipotecarios”, bajo el título: Suspensión de los lanzamientos sobre viviendas habituales de colectivos especialmente vulnerables, me estremeció. Es una expresión de gran violencia, la simbólica, a veces más dañina que la física (recuerdo ahora los análisis magistrales sobre la “violencia simbólica” de Freud y de Pierre Bordieu).
El redactor de aquel texto normativo no aclara –tal vez él ni lo sepa- en quién más estuvo pensando: si en el Banco (o Caja de Ahorros), que son los que lanzan, o en los deudores, que son los lanzados. Y con tanto lanzamiento, recuerdo a los cohetes y a Cabo Cañaveral.
Me informan que la redacción de ese texto es de ingenieros o peritos, en caminos, del Ministerio de Fomento y no de los juristas del Ministerio de Justicia.
Ansioso quedo por saber si en la tramitación parlamentaria de ese Real Decreto Ley, para convertirlo en Ley, los prestigiosos juristas, éstos de Cortes, afinan tan grosero y, a la vez, tan delicado instrumento.

H).- La Jurisdicción contable (Ley de Funcionamiento del Tribunal de Cuentas) dispone la transmisión a los herederos o causahabientes de las responsabilidades declaradas por esa Jurisdicción. El gran problema surge porque el indebido manejo de los “caudales y efectos públicos” suelen hacerlo los políticos, a los que no resulta fácil exigir responsabilidades de cualquier tipo, incluidas, naturalmente, las contables. Los hijos del ex Alcalde de Marbella, don Jesús Gil, de esto, de la responsabilidad contable sentenciada por el Tribunal de Cuentas, saben mucho; acaso por ser hijos de un fallecido, y acaso por… (el lector/lectora, si desea, puede continuar con el relato).

I).- Me resulta aberrante que instituciones financieras, básicamente Cajas de Ahorros, que se lanzaron a ejecutar hipotecas a lo loco, nada más saber lo del “Banco malo” (para recibir de ese Banco a cambio de sus aportaciones los llamados “cocos”), ahora anuncien venta de pisos subastados, a mitad de precio o menos. A la aberración, añado ahora la insensibilidad, incluso la ignorancia. En tiempos de mucho “marketing”, de técnicas delicadas como las del “neuro-marketing”, todo es posible, incluso el vomito.

                                               Fdo. Ángel Aznárez

miércoles, 21 de noviembre de 2012

"LOS MERCADOS Y LAS HIPOTECAS", artículo del notario ÁNGEL AZNÁREZ, publicado en "LA NUEVA ESPAÑA"


Hay dos tipos de economistas: los que no tienen ni idea, y los que no saben ni eso.
                Galbraith  Kenneth 



En el año 2003 se publicó el libro de Gerardo Pisarello El derecho a una vivienda digna y adecuada como derecho exigible, el cual pasó inadvertido -muy explicable- si se tiene en cuenta que en la década prodigiosa (años 2000 a 2010) imperó un pensamiento económico dominante, con dogmas como de fe, muy opuestos a lo “social” que en el libro se patrocinaba. Década aquella –recuérdese- que empezó en España con gobiernos del Partido Popular y terminó con gobiernos del Partido Socialista; década aquella muy ideologizada, aunque se predicaba (otra vez la fe) que las ideologías habían desaparecido. La ideología imperante se basó en dos ideas fundamentales, reveladas después falsas.

La primera idea consistió en proclamar que el mercado era más importante que la democracia, que los valores de aquél superaban a los de ésta; en consecuencia, todo lo que fuera bueno para el mercado debía anteponerse. Por ello había que eliminar lo que se consideraban trabas o frenos –la desregulación-, y si la “desregulación” no daba los resultados esperados, es que no se había “desregulado” lo suficiente. Ni los repetidos avisos de que en beneficio del mercado no se podía dejar sin protección a los ciudadanos (obligación esencial de los gobiernos democráticos), ni las advertencias de que la disfunción de los mercados podía arrastrar consecuencias sociales devastadoras, fueron escuchados. Se produjo la desregulación o “flexibilización”, incluso se incumplieron leyes con el pretexto de ser perturbadoras. Los llamados “organismos reguladores”, aquí el Banco de España, hicieron lo que de ellos se esperaba: guardar silencio.

Don Emilio Botín, en Méjico, el 4 de septiembre de este mismo año, a propósito de las reformas legales laborales, fiscales, financieras, fiscales y del déficit, ha dicho: “Ahora lo que tiene que hacer el Gobierno es cumplirlas”. Apostillo que cumplirlas también los agentes económicos, incluidas las instituciones financieras, no obstante sus privilegios y su gran poder. Y tratando de normas y desregulaciones, resurge la Ley Hipotecaria, ahora tan en la palestra y antes tan escondida. La Ley 41/2007, de 7 de diciembre (repárese en la fecha, habiendo ya estallado en USA el escándalo de las hipotecas Subprime), modifica, entre otros, el importante artículo 12 de la Ley Hipotecaria, enmarcándose esa modificación en lo que se llama en el Capítulo VI “Mejora y flexibilización del mercado hipotecario”.

Por esa modificación se sustrae a los registradores de la propiedad la calificación –el juicio de legalidad- sobre las cláusulas de vencimiento anticipado y las cláusulas financieras contenidas en el contrato (la escritura pública) de las hipotecas. El legislador, en el Preámbulo de dicha Ley, se explica con claridad: “…Otras medidas dirigidas a impulsar el mercado de préstamos hipotecarios tienen por objeto precisar el contenido que haya de tener la inscripción del derecho real de hipoteca, evitando calificaciones registrales discordantes que impidan la uniformidad en la configuración registral...”. Resulta que el legislador carpetovetónico se germaniza recordando a Goethe: “Prefiero la injusticia al desorden”. La invocación a la uniformidad no es insensata, pero es también sensato mal pensar y que sospechas se levanten, pues el límite impuesto a la función calificadora, es a unos funcionarios, que, a diferencia de otros profesionales que también intervienen en el proceso de las hipotecas (notarios), su competencia (la de los registradores de la propiedad) la determina obligatoriamente el lugar de la finca; ante ellos no cabe la libre elección. Es evidente que ese derecho a la libre elección, en contratos con partes tan desequilibradas (un deudor y un acreedor que es una potente  institución financiera, Banco o Caja de Ahorros) plantea interrogantes. Dejémoslo así: es estupendo todo lo que implique libertad, pero es menos estupendo si da pié a pasteleos o a lo “bizcochable”. 

Sabiendo de la complejidad de algunas cláusulas hipotecarias, de dudas sobre la legalidad de algunas (lo que es un intríngulis), es de alabar lo que ahora el Partido Socialista (responsable de la Ley 47/2007) propone: un mayor control de las cláusulas hipotecarias. En el Preámbulo de esa Ley también se lee: “El reciente periodo de extraordinaria aceleración de la actividad ha coincidido con una notable estabilidad en la regulación del mercado hipotecario”. ¡Y tanto!, añado yo. Tony Judt tuvo mucha razón al escribir: “La izquierda fue incapaz de responder de manera efectiva  a la crisis financiera de 2008, y más en general, al rechazo del Estado en pro del mercado”. ¿Será el francés Hollande la única esperanza? Aunque con optimismo, a Hollande habrá que mirar

La segunda idea, también falsa, consistió en contraponer el mercado,considerándolo como lugar de razón, frente a lo político, considerándolo lugar de confusión, de populismo e irracional. Las elecciones en el mercado siempre serán racionales –se decía-; de ahí que haya que dejar al mercado auto-regularse, pues los intereses personales, siempre racionales, equilibrarán sin necesidad de los perturbadores efectos de las intervenciones de terceros (del Estado). Eso propició lo contrario: masivas dinámicas criminales que están en la raíz de la actual crisis. Aquella ensoñación anarco-liberal la confesó, entre lágrimas y suspiros, el Presidente de la Reserva Federal (hasta 2006) Alan Greespam (comparecencia (abril de 2010) ante el Congreso americano), arrepintiéndose por sus errores acerca de los mercados eficientes y las elecciones racionales.

La irracionalidad en la concesión de créditos, en España, condujo al desastre actual de la preocupante crisis de las garantías hipotecarias, y de difícil solución, pues deben protegerse intereses muy contrapuestos: dramas individuales y la seguridad jurídica colectiva; los de prestatarios que ven sus viviendas subastadas y los de inversores -los que más preocupan son esos que se llaman institucionales-, que tienen en hipotecas “fetén”, de muy rápida ejecución, la garantía de sus inversiones (títulos hipotecarios emitidos por los prestamistas). Esos inversores (y Europa) tienen los ojos puestos en los cambios legislativos –hasta ahora paliativos, muy paliativos- y también los ojos puestos en lo que harán los jueces en el futuro, alarmados (los inversores) ante algunos posicionamientos de la Judicatura que consideran muy radicales (de reojo también se mira a Ruiz-Gallardón y a sus reformas).

No es casual que hayan sido las instituciones financieras (Cajas de Ahorros y algún Banco), de menos cultura y oficio bancario, las más afectadas en la presente crisis financiera, y ello por tener unos gobiernos corporativos poco “sólidos” (Consejos de Administración), carentes de experiencia y tradición bancarias, ineficientes en la gestión de riesgos, y con unos ejecutivos actuantes más como brokers o traders, también llamados banksters. La otra irracionalidad, la de los consumidores o prestatarios es más explicable y comprensible, teniendo en cuenta la escasa formación financiera de muchas personas. La fase inicial de constitución o subrogación de hipotecas es de una cierta alegría y de felicidad; se adquiere con ilusión una vivienda, hecho vital importante; un techo nuevo es causa natural de satisfacción; al comprador le rodean el vendedor y el Banco –a veces también la agencia inmobiliaria- y todos, para sus intereses, animan y jalean la bondad de lo que se va a firmar; a veces hay hasta euforia.
 
En ese momento, las explicaciones sobre las cláusulas suelo, los intereses moratorio al 29%, las consecuencias de los afianzamientos de padre y madre, etc. y  etc., tienen, desgraciadamente, escaso efecto disuasorio. Es como si –permítase y discúlpeseme la comparación- a los que contraen nupcias, el oficiante les reiterase los peligros y líos del fracaso matrimonial, de los que nadie quiere oír; insistir en ello se considera improcedente, pues siempre se piensa que serán los demás los que fracasen. Luego vendrán, inevitablemente, las terribles consecuencias. La Psicología, más o menos profunda, podría explicar ciertos comportamientos.

Otro economista -no el ya fallecido Galbraith- en diciembre de 2008 trató de explicarlo: “El problema no es la codicia, es la credulidad”. Acabar con la codicia es muy difícil y acabar con la credulidad es imposible. 

martes, 20 de noviembre de 2012

MOSAICO BARCELONÉS

La retina, si no se la encarcela en las convenciones del turista de guía comercial, acostumbra a salirse por la tangente, se hace antojadiza y clandestina. Entonces dirige sus atenciones a las cosas más peregrinas. La retina de un miope como José L. Campal se entretuvo estos días pasados en Barcelona haciendo de las suyas.
























DÍA MUNDIAL DE LA INFANCIA, ¿SABES CUANTOS DÍAS CUMPLES HOY?


¿Has pensado alguna vez cuántos días cumples? Probablemente no lo hayas hecho porque nosotros contamos nuestra edad en años, pero a causa de la desnutrición, en muchos lugares del mundo, los niños no cumplen años, cumplen días.
POR ELLOS, HOY LANZAMOS
cumpledias
En el mundo 20 millones de niños menores de 5 años sufren desnutrición aguda grave. Sin embargo, la desnutrición es prevenible y tratable. Acabar con la desnutrición es un gran reto, pero sabemos que es posible.
Tú puedes cambiar el destino de uno de los 6.400 niños
que mueren cada día a causa de la desnutrición.
Entra en cumpledias.com y descubre cómo ayudar para que los niños con desnutrición no cuenten su vida en días, sino en años.
Para ellos, cada día puede ser el último.

retounicef.es

sábado, 17 de noviembre de 2012

"CINE A LA ÚLTIMA", artículo de JOSÉ LUIS CAMPAL


Diez cintas salidas del horno durante el último año, distribuidas en cinco sesiones dobles, dieron cuerpo a Muestra de cine contemporáneo, ciclo que acaba de concluir en el teatro Filarmónica con rotunda respuesta de un público que incluso aplaudió (tímidamente) algunas proyecciones como si estuviera en una festivalera sección a concurso (¿soterrada competencia al FICX que ya ha arrancado en Gijón?).
BESTIAS DEL SUR SALVAJE
Para el recuerdo quedará lo visto en la apertura y clausura. Abrió el festín Infancia clandestina, de B. Ávila, un potente fresco de la lucha clandestina contra la dictadura argentina, beneficiada por adoptar la mirada entre desconcertada y alerta de un adolescente que aporta proximidad a esta visión humanizadora del compromiso político, cuyas escenas duras se arman, prueba de su originalidad, como viñetas de cómic bien pautadas por la banda sonora. Y lo cerró otra pequeña joya, la sobresaliente elegía de P. Vilà La lapidation de Saint Étienne, sostenida y amarga introspección en la agonía de un anciano vencido por la soledad y la angustia existencial que se paladea desde la primera secuencia como una asfixiadora y dura autopsia emocional.
En un escalafón menor se situaron tres propuestas: 1) Amor y letras, comedia sentimental de tonos almibarados, toques irónicos y diálogos esmerados que posee el irreductible encanto de lo sencillo y en la que J. Radnor narra sin aspavientos la crisis de un barbilampiño enseñante universitario; 2) Bestias del Sur salvaje, de B. Zeitlin, rezuma verdad y pureza en su arriesgada puesta en escena (dúctil plasticidad) de las vicisitudes de una comunidad de desheredados de la fortuna en el depauperado marco de La Bañera, en el delta del Misisipí, que llevan con orgullosa y febril altanería su miseria y luchan a brazo partido contra la adversidad sin lloriqueos; y 3) Tabú, apetecible y aplicada reconstrucción, en un improductivo prólogo y dos partes bien diferenciadas y consecutivas, de un adulterio con fatal desenlace acaecido en las antiguas colonias portuguesas de África, y rodada en falso mudo (durante un largo falsh-back no se escuchan los diálogos pero sí los sonidos ambientales más ínfimos) y estilizada planificación por M. Gomes en explícito homenaje al clásico de Murnau y Flaherty que ondea sin ambages en el título.
AQUÍ Y ALLÁ
Sin embargo, me resultaron indigeribles filmes como Holy Motors, El muerto y ser feliz o la soporífera y rudimentaria aproximación al fenómeno migratorio mexicano Aquí y allá. El antaño «enfant terrible» galo L. Carax pretende estérilmente reflejar en Holy Motors, con poca gracia, atmósferas siniestras y trasnochado experimentalismo de «qualité», la degradación moral del hombre contemporáneo a través de la jornada laboral de un extraño actuador. No vuela mejor J. Rebollo con el patetismo seudolírico de El muerto y ser feliz, que abusa decididamente de una voz en off sin mayor objeto que la de mazcarle al espectador la historia de una fuga de carretera de un enfermo terminal que huye sin rumbo fijo del dolor de sus tumores y de los convencionalismos.

ANIMALS
El cine español de buenas hechuras estuvo representado por Animals, ópera prima de M. Forés, sugerente, aunque desigual, indagación de vena psicologista en las dudas e incertidumbres de unos estudiantes de colegio de pago bilingüe atraídos por el lado oscuro de la realidad; y la descomunal epopeya de aliento antropológico que es Chaika, dirigida con mano maestra y excelente ritmo por M. Á. Jiménez acerca de unos personajes instalados en un escenario apabullante y gélido que configura sus caracteres de expulsados de la vida.
Al comienzo de una de las sesiones, una señora de mi fila de butacas, ante el aforo completo de la sala, comentaba con medida sorpresa e indisimulada euforia que vaya hambre de cultura que tenía el personal. Me pareció el más acertado diagnóstico que justifica por qué son necesarios ciclos como el que acabamos de disfrutar en la levítica ciudad.

Fotograma de AMOR Y LETRAS
HOLY MOTORS
Plano de TABÚ
Infancia clandestina



LA LAPIDATION DE SAINT ÉTIENNE

jueves, 15 de noviembre de 2012

LA HUELGA GENERAL UN DÍA DESPUÉS



¿Y ahora, un día después, qué? ¿Se crearán más puestos de trabajo, menos despidos? ¿Se arreglará la sanidad, los desahucios, la enseñanza? ¿No cerrarán Suzuki,  ni Crady? ¿No habrá regulación de empleo en Iberia? ¿Recuperarán los funcionarios su paga  extraordinaria? No sigo, se pueden llenar páginas y páginas con tantos problemas como tiene este país. Problemas que parecen no tener solución, ni con huelga, ni sin ella, por más que nos duela. Y la situación sí que duele, inquieta y da miedo.
Decir –o más bien escribir- lo anterior, además de obvio es inútil. Dos consideraciones que pueden complementarse con mi absoluta ignorancia de casi todo. Pero estoy abierta a todo, ahora elimino el “casi”. Leo artículos, escucho tertulias, comentarios…, de quienes sí parecen tenerlo muy claro. Escritos bien estructurados, con un lenguaje muy diferente a éste que yo utilizo, que es el de los ciudadanos de a pie, el de quienes vamos todas las mañanas a trabajar y nos conformamos con un pequeño sueldo que nos permite ir tirando; esa mayoría de ciudadanos que vivimos a expensas de un reducido grupo de ídem,  que a base de  preposterar la realidad nos empobrecen cada día un poco más, pero que viven muy bien. Hablo, efectivamente, de políticos, sindicalistas…, y demás personajillos que simulan trabajar por nuestro bienestar.
Todo escrito –no le doy categoría de artículo-, según me enseñaron en la Facultad, debe de llegar a alguna parte, tener una  finalidad. Éste no la tiene, como creo tampoco la tuvo la huelga. Cien euros menos en la nómina del mes  de algunas personas, por lo demás todo seguirá igual. Para nuestra desgracia. ¡ Ojalá me equivoque!

miércoles, 14 de noviembre de 2012

DIAURO IV: OBJETOS DEL CORAZÓN



Con estos humildes objetos Auro levantó torres de sabiduría


Hoy, miércoles 14 de noviembre, el calendario nos susurra, para no incordiar más de lo debido, que cinco son los meses cumplidos desde que nos falta Auro Sánchez Fernández.
El blog que nunca la olvidará la recuerda mes a mes con su Diauro. Nos centramos ahora en sus objetos más queridos, esos seres mínimos de utilidad rutinaria pero que se cargaban de sentido y valor en sus manos, pues la ayudaban a dar rienda suelta a sus inquietudes creadoras. Estos pequeños artefactos que José Luis ha reunido con infinito amor acompañaban a Auro a todos los lugares, bien fuera de estudio o de esparcimiento (o de ambas cosas a la vez, algo bien frecuente), adonde las comunes aficiones literarias de la pareja los conducían, en un viaje que jamás conoció ni el cansancio ni la renuncia, ni por supuesto la más ínfima desgana.
Al trasluz de la contemplación de estos compañeros de bolso podemos vislumbrar el secreto placer que esas inanimadas criaturas, que Ella mimaba con inusitada delicadeza, irradiaban sobre Auro, quien plasmaba en su inmóvil pero mullida naturaleza la extrema y vivaz sensibilidad que siempre presidió su carácter y empuje.

Auro, indagando en los tesoros hemerográficos de la Biblioteca de Asturias, seno de muchos de sus hallazgos
Al lado de los cotidianos objetos que colmaban de calladas e intensas satisfacciones el espíritu de Auro, queremos hoy, asimismo, evocarla en su rol de infatigable investigadora hemerográfica, ya que era éste uno, sino el primero, de sus hábitats naturales, donde se desenvolvía con una fragante profesionalidad de la que José Luis fue privilegiado espectador.

jueves, 8 de noviembre de 2012

"UNA VIDA DE PRINCESA", artículo de VIRGINIA ÁLVAREZ-BUYLLA


(Publicado en "LA NUEVA ESPAÑA)
Una frase que se repite frecuentemente en la vida cotidiana: vive como una princesa. Normalmente con un deje de envidia en la persona que la pronuncia. Si preguntas a unas cuantas niñas pequeñas qué querrían ser de mayores, muchas querrían ser princesas. Los disfraces de princesas están entre los favoritos de las niñas.



Todo el mundo cree que las princesas son unas privilegiadas y se creen con derecho a criticar y opinar de todo lo que hacen. A mí me dan verdadera pena, nada me horrorizaría más que el que mi vida y la de mi familia estuvieran todo el día en el foco de la atención de un público que las más de las veces es envidioso y despiadado.

Pero voy a demostrar estas afirmaciones con datos sacados de la historia. Veamos las tristes vidas de muchas princesas que fueron marionetas en manos de sus padres, los reyes, y de los validos y poderosos en las cortes respectivas.

Recordemos a la princesa Urraca, hija del rey Alfonso VI de Asturias, León y Castilla, única heredera al trono, que fue tratada como heredera por poco tiempo, pues al tener el rey un hijo, Sancho, con Zaida, princesa mora, le nombra heredero, a pesar de ser bastardo. Urraca vuelve a ser sólo princesa, la casan con Raimundo de Borgoña, por supuesto sin consultarle nada y vive unos años con su marido en Galicia, allí nacería su hijo Alfonso, que sería el futuro Alfonso VII. Raimundo muere pronto y ella vuelve a convertirse en heredera cuando su hermanastro Sancho muere en la batalla de Uclés con tan sólo doce años. Aunque ya es una viuda, madre del futuro rey y toda una mujer la casan sin dejarle opinar en el asunto con el rey de Aragón Alfonso el Batallador. La idea de unir Castilla y Aragón con este casamiento no era mala, pero como siempre la que se llevó la peor parte fue la princesa Urraca. Alfonso de Aragón era rudo, violento y maltratador. Consta que la maltrataba de palabra y también le golpeaba. Afortunadamente para ella se separan gracias a que el Papa Pascual II declara el matrimonio nulo por ser entre primos segundos.

Recordemos a la princesa Catalina de Lancaster, hija de Constanza, duquesa de Lancaster, que vivió durante su infancia en Inglaterra, oyendo a su madre contarle tristes historias de su país, Castilla, historias de luchas fratricidas, de batallas, de odios y que no pudo evitar que la enviaran a Castilla a casarse con Enrique, hijo de Juan I. Enrique tenía nueve años y ella diecisiete. Catalina sería la primera princesa de Asturias, título que Juan I y el duque de Lancaster decidieron que debían tener los herederos de la corona de Castilla. Su vida fue dura y difícil, pasaron trece años hasta que nació su primera hija y el heredero al trono Juan nacería cuando su padre ya estaba muy enfermo.

A algunas princesas las casaban, las separaban de su tierra y de su familia y luego las devolvían si les parecía, como le ocurrió a Blanca de Navarra a quien casaron con Enrique de Castilla, príncipe de Asturias, hijo del rey Juan II. Durante trece años sufrió mientras su marido era incapaz de consumar el matrimonio, fue objeto de burlas y humillaciones constantes para al fin ser devuelta a Navarra con un matrimonio anulado.

A Margarita de Austria también la comprometieron con el delfín francés, con tres años, fue enviada a la corte de Francia para ser educada como futura reina y por un cambio en la estrategia política, la devolvieron ocho años más tarde. Después la casarían con Juan, hijo y heredero de los Reyes Católicos. El viaje en barco hasta Santander fue tan terrible que presagiaba futuros desastres, frío, tormentas, falta de alimentos. La corte española le parece sombría, austera, triste y demasiado religiosa y rígida en comparación con la alegre corte borgoñona. La reina Isabel no la recibe con especial cordialidad, pero afortunadamente el amor entre Juan y ella es inmediato. Desgraciadamente Juan muere al poco tiempo, se dijo que de haber abusado del amor, pues el comentario estaba en todas las bocas que los príncipes no podían separarse ni un momento.

No puedo seguir dando ejemplos porque llenarían un libro, pero creo que queda claro que la vida de las princesas no fue nada envidiable en el pasado y si analizamos el momento actual veremos que tampoco ahora lo es.

A la Princesa Letizia, que era una periodista inteligente y ambiciosa que había llegado muy arriba en su profesión y que era una mujer libre que llevaba la vida que quería llevar, le cambió todo al convertirse en Princesa de Asturias. Tuvo que perder su espontaneidad, comportarse siempre como se espera de ella y ser el objeto de todas las miradas y todas las críticas. Se ha convertido en la meta de todos los maledicentes, los envidiosos, los republicanos, los monárquicos. Se la critica tanto si repite ropa como si lleva algo de moda. Se ponen palabras en su boca que seguro que nunca pronunció.

Vamos, que no hay nada más triste que la vida de una princesa.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

"LOS CABALLITOS"

¡Qué no daría yo por regresar a aquellos tiempos en  los que mi madre me llevaba a "Los caballitos"! Me estoy haciendo mayor, muy mayor. Cuando uno mira al pasado con frecuencia, es que ya no hay demasiado  futuro. No es frecuente toparse con carruseles tan sencillos como el de la foto, que lo único que hacen es girar, girar  una y otra vez. Los actuales -en los parques de atracciones- dan vértigo: montañas rusas que casi tocan el cielo, trenes que a gran velocidad te colocan boca abajo, norias gigantes, pero "caballitos"... eso ya es una antigualla. Que yo encontré en el viaje que acabo de hacer a Portugal, creo que fue en un parque en Coimbra. No resistí la tentación y sí, tuve la osadía de subirme, ante la mirada atónita de su dueño. Otra razón más que avala que soy bastante mayor: haber perdido la  vergüenza. Y poca hay que tener para publicar la foto...

martes, 6 de noviembre de 2012

LA VERGÜENZA DE DAR LIMOSNA



Así como suena, dar limosna me hace sentir vergüenza. Esto requiere una explicación, y voy a tratar de darla. Lo mejor será hacerlo con un ejemplo, o más bien  con una situación que he vivido.

Como hago casi todos los fines de semana al final del día fui al hipermercado a hacer la compra. Todo sucedió con normalidad, hasta que llegué a la caja para pagar. Delante de mí había un matrimonio joven con una niña pequeña. Nada especial, a no ser que la peque se deshacía en carantoñas hacía mí sin que yo hubiese hecho nada para merecerlas, simplemente la nena me regalaba hermosas  y continuas sonrisas. Tal vez por esa razón reparé en sus padres. Él serio, con ganas de pocos amigos, ella triste, mirando al suelo. Mi curiosidad me hizo analizar un poco su compra. Muchos alimentos infantiles, unas magdalenas de fabricación industrial, una botella de aceite de girasol, pan, un kilo de azúcar, varios paquetes de macarrones, un paquete de lentejas y... nada más. Una compra de supervivencia. A la hora de pagar  el padre sacó de su bolsillo un papel que entregó a la cajera. Me acerqué un poco más, pero no pude leer el intrigante nota. La cajera la miró, le dio la vuelta, la volvió a mirar, consultó una libreta, y  finalmente llamó por teléfono y preguntó: ¿Qué identificación fiscal tiene Caritas? Todos los que hacíamos la cola recibimos la información. Y fue en ese momento cuando sentí vergüenza. En mi compra   había muchos productos superfluos, y todos ellos  de primera calidad.

Me siento avergonzada cuando me tropiezo con un pobre que pide en la calle. Me da vergüenza tirarle unas monedas en esa caja que suele colocar a sus pies. Pobres pidiendo los hubo siempre, conozco algunos que han hecho de ello su profesión. A esos, suelo darles conversación, interesarme por sus vidas, por la recaudación..., son profesionales de la mendicidad. Pero las cosas han cambiado mucho, ahora los pobres de la calle van bien vestidos, son ciudadanos como nosotros en todo, salvo en que no tienen trabajo, no tienen de qué vivir. Nuestra limosna les llena el estómago –si tienen suerte- y les vacía el alma. Quien siga este blog sabe que nunca fui partidaria de dar limosna, pues ahora ya no estoy tan segura de que mi postura sea la correcta. Me cuesta, me cuesta muchísimo, dar unas monedas a  quien pide en la calle, me da vergüenza su pobreza, me siento responsable –aún sin serlo- de su desgracia, de contribuir a aniquilarle su autoestima con esas fracciones de euro que me sobran. Yo podría ser uno de ellos, o cualquiera de nosotros. Y no sé qué me daría más vergüenza, si pedir o dar. Ambas cosas son injustas.

Aclaro, por si hay alguna duda, que admiro la gran labor que actualmente está haciendo Caritas y la de  tantos y tantos curas de base que comparten  lo poco que cobran con sus feligreses. Aunque no me dice nada que el Arzobispo manifieste públicamente que dona su paga extraordinaria a los pobres. Debería de hacerlo –si así se lo pide su conciencia- desde el anonimato.  También aclaro que no voy a misa, que no necesito desayunar con agua bendita, que no me gustan las personas que comen los santos, porque ahora, más que nunca, Dios está en la calle vestido de pobre. Ahí es donde yo me encuentro con Él.

sábado, 3 de noviembre de 2012

TEXTO DE JULIO OBESO CON EL QUE PRESENTÓ AYER LA LECTURA POÉTICA DE JOSÉ LUIS CAMPAL.

Julio Obeso ofrece su espléndido texto de presentación antes del recital de José Luis

“Los amantes se encuentran
donde los demás no miran”

Las palabras nos salvan o nos hieren, son útiles herramientas de la creación y armas capaces para desolar. Algunas de ellas de tanto uso, parecen no decir: Amor, muerte, pérdida… Se cuelan una y otra vez entre los versos, cuelgan de ellos como los frutos que se les supone a los árboles. Sería algo así como lo debido: Poesía: Amor, Poesía: Muerte; Poesía: Pérdida.
Hoy, José Luis Campal, viene para mostrarnos otra dimensión, el significado profundo y radical de esas palabras. El libro que nos trae: Aurora de fulgor antes todo no es un poemario etéreo. Ya desde el título se encarna y nos direcciona a una experiencia larga y vertical, incendiaria, de la esencia medular de esas palabras.
Habría que empezar por decir que este libro fue escrito entre el 2005 y el 2007. Cuando ni remotamente se podía sospechar el trágico desenlace de la muerte de Aurora, en el mes de junio de este año. He de reconocer que me intrigó este hecho, desde el primer momento. ¿Cabría esperar otros textos, después de ese suceso? No sé: Tal vez una poesía de ausencia, una bofetada a la muerte, una elegía que tratase de reordenar la realidad del “golpe helado, del hachazo invisible y homicida, del empujón brutal”. Tras leer y releer los poemas, algo de luz se filtra y enreda a la comprensión, sin llegar a ser una respuesta. Como si de una metáfora implícita se tratara, el amor y su fascinación lo son también en esa suerte de “orfandad”, en la parte del quebrado latir que resta y ofrece un resultado decimal, donde antes campaban números pares.
Quizá del abanico de las respuestas al dolor sea la actitud elegiaca, la más común. El lamento balsámico, ahondar lo que nos ahoga para hallar un signo, un ardiente clavo valedor de pena, desde donde poder levantarnos, construir de nuevo. Estos versos que ahora escucharéis en la voz de José Luis, no estaban pensados para rescatar nada, ni aliviar más aflicción que la hostil marcha de las agujas del reloj, dejando cicatrices en lo andado. Es la ocasión que el poeta elige, la oportunidad de su lectura, quien confiere al acto calidad de refutación. Desde el amor, siempre desde el amor, lo que fue escrito y recitado a los ojos, a la básica temperatura de los días compartidos, es ahora el camino más corto para “regresar y desenmordazar”. No, no hay tristeza en esas líneas, sólo un corazón capicúa festejando la gracia de ser correspondido. No es cierto que la vida sea  efímera, es la muerte la que pasa como un soplo y el poeta, no encuentra mejor pantalla que su propia experiencia, para conjurar lo que la muerte deja en su estela. De nuevo el amor acude al encuentro y propone un escenario distinto, con los mismos personajes. Es una cierta forma de reclamar su nombre. Percibo que de alguna manera José Luis reivindica, con estos versos, la totalidad del tesoro, dejando que sea esta realidad no buscada, quien gestione los permisos de inmersión, los titulares mediáticos que generan los pecios.
No hay como digo lamento ni pena. Si desconociéramos la triste pérdida que supone la ausencia de Auro, nos dejaríamos llevar por la natural sensibilidad del poeta que conoce, vive el amor y nos lo cuenta. Eso es lo que os pido. Escuchad estos poemas como un canto, para que no se malogre el puente que Campal está tendiendo a la memoria.


Campal lee los poemas inspirados por Aurora

Estos cinco son algunos de los poemas leídos el viernes 2 de noviembre en el recital de los Encuentros poéticos en el Antiguo Instituto por José Luis Campal y pertenecientes a su libro inédito Aurora de fulgor.


VII

Los amantes se encuentran
donde los demás no miran:
en el contorno de las nubes,
entre la espuma del café,
en la estela del vuelo de las aves,
tras el brillo de la pureza,
viviendo al ritmo de sus caricias
o en una mirada cargada de futuro.
Los amantes oyen con el tacto
y se estremecen al verse,
porque la suya es una historia sin epílogo.



XVI

Cuando me llamas, amor,
hace horas que en mi corazón
repican campanas de gloria.
Él conoce cada sílaba o flor,
dicha o sentida, que de tu boca
corre a fundirse con mi anhelo.
Nos pensamos y el mundo
ya no conoce otro eje.



XXIII

Porque estamos vivos
el mundo rueda
bajo nuestra respiración.
Aunque la realidad cruja
tentándonos con sus trampas,
vence el deseo de vivirnos.



XXV

En el júbilo de la mañana,
apeados del plácido sueño,
nos sabemos huéspedes del entusiasmo.
Una junto a la otra,
colocamos las sonrisas
en el rellano de la vida.
Ella nos toma de la mano,
desvelándonos la hondura de la felicidad.
Ha venido para quedarse;
la esperábamos con los corazones abrigados.



XXXI

Pacientemente, vamos aprendiéndonos
sobre el alfabeto que, sediento,
emerge de las manos aparejadas
escalándonos a cada hallazgo.
Nunca se acabará el día
en la comisura del deseo
mientras las bocas sólo se rindan
a los azules dardos de la emoción
que reordena el cielo en un parpadeo.




El poeta y su maestro de ceremonias