jueves, 28 de junio de 2012

POR ELLA...



  

ME ABRO LA CAMISETA


Me abro la camiseta
y hurgo en mis entrañas,
pero no encuentro veletas
ni balizas que puedan rastrear
cómo llegó el desamparo
que ha instalado en mi corazón
los andamios que nunca se desmontarán.

Da lo mismo la hora del día
en que me aseste el hachazo,
uno no está jamás listo para revivirlo,
ningún manual da las claves
que puedan mitigar mínimamente la pena.
Hay que tragarla como sapo crudo y venenoso
y dejar que inocule dentro su horrible vómito,
permitir que se sacie en el pobre ser
sin anclaje que en la debilidad soy.
Lo que ocurra mañana no lo sabe nadie,
ni este dolor que me aniquila y no tiene prisa.



José Luis Campal
(Oviedo, 25-VI-2012)

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