martes, 15 de noviembre de 2011

ENTREVISTA EN LA NUEVA ESPAÑA A LA ESCRITORA AURORA GARCÍA RIVAS

«Es lamentable que tengamos que pedir que no nos traduzcan la fala»


«El "Pueblo ejemplar" significa mucho para los que vivimos de cerca el trabajo de la candidatura de San Tirso»


AURORA GARCÍA ESCRITORA. POR ANA M. SERRANO San Tirso de Abres

Aurora García Rivas es una gran entusiasta de su concejo, San Tirso de Abres. Esta escritora y poetisa vive en Oviedo, pero no olvida sus raíces, que la traen de vuelta al concejo más occidental de Asturias, donde vivió hasta que tuvo que emigrar en busca de un futuro laboral. Dice que escribir fue su sueño desde pequeña, «desde mis primeras lecturas de Rosalía de Castro. Quería escribir como ella y me aprendía sus poemas de memoria». En estas líneas reflexiona sobre su vida y su tierra.

-San Tirso ya es «Pueblo ejemplar». ¿Cómo valora este premio?

-Es el reconocimiento a la lucha, al respeto, a la concordia y al trabajo en equipo de mucha gente. Significa mucho para los santirseños. Los que hemos vivido de cerca el trabajo que supuso presentarse a la candidatura sabemos cuánto de generosidad, de paciencia, de tenacidad y de fe en el valor de lo nuestro hay detrás de todo ello. No se escatimó ningún esfuerzo.

-¿Cuáles serán los beneficios?

-Eso lo dirá el tiempo. Espero que no sea algo que llegó y pasó como una simple anécdota. Se ha luchado con tesón por salir de un olvido casi endémico. En realidad el municipio no empezó a sonar fuera de sus alrededores hasta que la Asociación Cultural San Tirso del Eo llevó su nombre lejos de allí con sus actividades culturales, por lo que recibió varios premios de gran relevancia.

-Hablemos de literatura. ¿Cómo observa el panorama en Asturias?

-En Asturias, tanto en asturiano como en gallego-asturiano, está habiendo una producción literaria de gran interés y calidad. Pero mientras no se oficialice el asturiano me temo que se queda en eso: literatura que apenas se lee fuera de aquellos a los que, de manera particular, nos interesa. Hay en general una gran pereza para leer, y más para leer en una lengua en la que no hay hábito de lectura.

-¿Existen nuevos proyectos?

-Sí. Hay un interesantísimo proyecto en el que ya hemos empezado a trabajar en la Asociación Cultural «La Arribada» de Gijón. Se trata de organizar la parte literaria y de lenguas vernáculas destinadas a un evento sobre el Arco Atlántico, que aglutinará tanto culturas de origen celta como de otros orígenes, encomendada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Gijón. Creo que es una forma de impulsarnos más allá de nuestros límites y de intercambiar intereses culturales con otros países.

-¿La llingua está en el lugar que se merece?

-La llingua está mejor tratada por algunos medios de comunicación, al menos publican artículos y hablan en ella. La fala aún no consiguió eso. En ese aspecto hago un llamamiento a los diarios impresos para que respeten nuestra lengua vernácula y, cuando nos hagan entrevistas en fala, no nos las traduzcan ni al castellano ni al asturiano. Es un derecho que no deberíamos tener que reclamar. Es de justicia. Es lamentable que tengamos que pedir esto, como si fuésemos hablantes o escritores de otro planeta. Algunas cosas tendrán que cambiar y confío en el buen criterio de los diarios y en su sentido de la equidad, así como en la Consejería de Cultura y la Oficina de Política Llingüistica, que algo tendrán que decir al respecto.

-¿Existe una buena promoción de la cultura asturiana?

-Equivocada. Se subvencionan publicaciones, pero luego los libros no se venden en casi ningún sitio. A veces pienso que escribimos para leernos a nosotros mismos. No se invierte en publicitar los libros, en moverlos. Algún apunte, alguna noticia, y todo se queda ahí. Es verdaderamente penoso. Yo, personalmente, si quise dar a conocer mi obra, tuve que moverla yo, y no soy la única. Mientras no se trabaje para que haya lectores, sobre todo escolares, nuestras dos lenguas se apolillarán en los estantes de las editoriales porque ni siquiera lo harán en los de las librerías.

-¿Qué estrategias propone?

-En primer lugar, la cooficialidad. Trabajar desde abajo. Dar a nuestras lenguas el valor que tienen como bien cultural. A nadie se le ocurre derribar, por ejemplo, Santa María del Naranco o el castro de Coaña? pues no entiendo que nuestras dos lenguas autóctonas no se consideren también un valor nuestro y merezcan ser conocidas y leídas. No se aprecia lo que no se conoce.

-Es usted del concejo más occidental de Asturias. ¿Hay sensación de abandono?

-Cada vez menos. Hace algunos años que están llegando turistas y la publicidad va de boca en boca. Es un rincón bellísimo, con una geografía amable, es tranquilo, con todos los servicios necesarios? El primer alcalde de la democracia, Jesús Ferreiro, lo transformó completamente, modernizó una aldea perdida en el tiempo con carreteras, agua corriente, luz eléctrica, teléfono, un puente nuevo sobre el Eo, un polideportivo, casa de cultura, se remozó la Plaza del San Juan, se estudiaron archivos, se editó un libro de fotografías antiguas? y facsímiles de la carta puebla. Y ahora se sigue trabajando en que todo esto se mantenga y mejore. Es un concejo bien comunicado y es fácil llegar allí. El problema es que no hay trabajo y la natalidad es bajísima, y se despuebla poco a poco; igualmente nuestra variante lingüística muere porque se castellaniza y se galleguiza.

-¿Qué futuro ve para Asturias?

-Asturias está inmersa en los mismos problemas del resto del país. A corto plazo, lo veo fatal. Espero que este nuevo gobierno sepa hacer las cosas con sensatez y administrar con cordura y honestidad. El de Occidente, mal, como siempre, o peor. La ganadería de leche es cada vez menos rentable, y la madera ya no digamos. Además, el turismo no es suficiente.

-¿Qué perspectivas culturales tiene el Occidente?

-Yo creo que culturalmente tiene una oferta espléndida. En todos los municipios hay una casa de cultura y actividades diversas. Lo que creo que anda peor es la lectura. Se lee poco o casi nada; las bibliotecas, que se crearon con una gran esperanza, están vacías. Pero éste es un tema difícil de resolver. Hay superabundancia de medios cibernéticos y de información fácil de digerir. Leer es pensar, interpretar? Eso requiere esfuerzo y no estoy muy segura de que estemos haciendo lo adecuado, en ese sentido, ni en las escuelas ni en las familias.

-¿Tiene el Occidente una apuesta cultural suficiente?

-Pues no lo sé. No me atrevo a aventurar soluciones porque el tema se me escapa. Soy de una generación que incluso sin medios leía bastante más. Tal vez ese es el problema. Hay demasiada oferta de todo.

Apasionada de Rosalía

Dos de sus escritores favoritos son Miguel Delibes y Stefan Zweig. Pero a Aurora García (La Antigua, 1948) quien la impresió de pequeña fue Rosalía de Castro y su obra. Si tiene que aconsejar una lectura, son varias las que cita: «Corazón», de Edmundo de Amicis, «un libro que entonces había en todas las escuelas rurales»; «La Regenta», «que leía a escondidas porque estaba en el índice de libros prohibidos»; «Platero y yo» y «El Principito». En su tiempo libre, Aurora García lee y escribe, pero también pasea por bosques asturianos y «a la orilla de los ríos».

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