domingo, 23 de octubre de 2011

EL FRONDOSO ÁRBOL DE LOS ÁLVAREZ-BUILLA

Hay algunas personas que nunca han sabido valorar el trabajo de Virginia Álvarez-Builla, y que han puesto todo tipo de argucias para quitarla del medio cuando no les convenía que hiciese las cosas bien. Y hasta ahí llego, cada cual que piense lo que quiera. Por mi parte, yo sigo reafirmándome en que es una de las mejores personas que he conocido y sé que su honradez está a toda prueba. Como la de su familia, de la que acaba de reconstruir su genealogía y de la que ella misma dice en el texto que sigue que "nunca ha habido casos de corrupción", y fueron muchos personajes importantes. . En esa línea está Virginia, pese a quien pese, o más bien, moleste a quien moleste. Algunos de sus más feroces y poderosos detractores ya están bajo tierra, ahora rezaremos por ellos, por si se equivocaron al juzgarla y ahora el Altísimo les pide cuentas. Creo que no les mereció la pena hacerle daño. Soy testigo al que se le puede doblegar por la fuerza, o más bien por cuestión de subsistencia, pero testigo que no olvida. Y me cuesta callar, nadie sabe lo que me cuesta morderme la lengua, me consuelo pensando que el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio. No deberíamos perder de vista que la vejez y la muerte nos iguala. Que sentirse poderoso es un espejismo muy temporal, sólo permanece la bondad, la honradez... El resto se lo traga la tierra más tarde o más temprano. No damos muchas muestras de inteligencia...

La filóloga Virginia Álvarez-Buylla.

Una búsqueda de años reconstruye la genealogía de la familia del último premio «Príncipe» de Investigación, que planta su raíz en Asturias y se extiende por todo el globo

Oviedo, L. Á. VEGA (La Nueva España) Buena sombra, la del árbol genealógico de los Álvarez-Buylla, que planta sus raíces en Asturias y extiende sus ramas por todo el mundo. Una investigación de años ha permitido reconstruir con toda exactitud el devenir de este apellido desde Plácido Álvarez-Buylla y Santín (Pola de Lena, 1826-Gijón, 1887), del que parten las tres ramas principales de la familia, que el pasado miércoles reunió a un centenar largo de sus miembros en el palacio de Meres (Siero) en torno a uno de sus más ilustres miembros, el neurobiólogo Arturo Álvarez-Buylla, que este viernes recibió el premio «Príncipe de Asturias» de Investigación y que además es «Asturiano del mes» de LA NUEVA ESPAÑA. La elaboración del árbol genealógico es fruto del esfuerzo de algunos miembros de la familia, como la filóloga Virginia Álvarez-Buylla, y expertos en la materia como Juan Alvargonzález. «Ha sido un esfuerzo complicadísimo», asegura Virginia Álvarez-Buylla, quien asegura que se ha remontado el rastro de la familia hasta el siglo XVII, aunque también hay menciones a un topónimo relacionado con el apellido que datan del siglo XI. Una Álvarez-Buylla militante, esta mujer resalta que «a pesar de lo grande que es la familia, en ninguna de las ramas hemos encontrado casos de corrupción o cosas parecidas. No se ven grandes fortunas, pero tampoco delincuentes. Es algo de lo que sentirse orgulloso». De Plácido Álvarez-Buylla, médico, escritor e impulsor de la construcción de un hospital en Oviedo, parten las tres ramas principales de la familia. Por un lado, señala Virginia Álvarez-Buylla, está la rama de los catedráticos, de la que ella misma procede. A ella pertenecen Adolfo Álvarez-Buylla y González-Alegre (1850-1927), catedrático de Economía Política y Hacienda Pública; su hijo, Benito Álvarez-Buylla y Lozana (1879-1941), catedrático de Química, fundador del Instituto del Carbón, poeta y compañero de «Clarín»; y el hijo de éste, José Benito Álvarez-Buylla Álvarez (1916-1981), padre de Virginia, catedrático de Literatura Inglesa, también poeta e investigador de la tonada, afincado en Gijón. Un hermano de Benito Álvarez-Buylla, Vicente (1890-1969), llegó a ser cónsul general de España en Londres en la década de los treinta, en la época en que era embajador Ramón Pérez de Ayala. Uno de sus hijos, Manuel, vive en Venezuela. Otro, Pedro Álvarez-Buylla, forma la rama inglesa de la familia y reside en Guifford (Reino Unido). Otro hermano de Benito y Vicente, Plácido (1885-1938), llegó a ser durante unos meses ministro de Industria y Comercio en el primer Gobierno del Frente Popular, en el año 1936. Era también diplomático, fue cónsul general en Gibraltar y murió en París. Finalmente, otro hermano del Benito, Vicente y Plácido, Adolfo Álvarez-Buylla y Lozana, nacido en 1897, fue portero del Real Madrid entre los años 1903 y 1911, procedente del Stadium de Avilés. Después está la llamada rama de los médicos, a la que pertenece el neurobiólogo Arturo Álvarez-Buylla. Se inicia con el segundo de los hijos de Plácido Álvarez-Buylla y Santín, Arturo Álvarez-Buylla y González (1852-1912), «Doctor Serio», vinculado a la lucha contra el alcoholismo y otras causas filantrópicas. Continúa con Arturo Álvarez-Buylla Godino (1895-1937), militar pionero de la aviación en España, secretario general del Alto Comisariado Español en Marruecos, del que se hizo cargo provisionalmente en los meses que precedieron al inicio de la Guerra Civil, y que fue fusilado en Ceuta por los franquistas. El hijo de éste, Ramón Álvarez-Buylla de Aldana (1919-1999), médico cirujano, neurofisiólogo e histólogo, se formó en la Unión Soviética tras salir de España por la guerra, y luego se exilió en México en 1947, por mediación de Dolores Ibárruri. Allí desarrolló una larga labor docente e investigadora. De la unión de Ramón Álvarez-Buylla con una hija de Wenceslao Roces -jurista, historiador, traductor y político comunista nacido en Soto de Agues (Sobrescobio) y fallecido en el exilio mexicano- nacieron el neurobiólogo Arturo Álvarez-Buylla Roces (México DF, 1958), afincado en California (Estados Unidos), y que anteayer viernes recibió el premio «Príncipe» de Investigación, y la especialista en genética molecular María Elena Álvarez-Buylla Roces, activista contra el maíz transgénico. Una nueva rama parte del militar Plácido Álvarez-Buylla y González-Alegre (1864-1956), gobernador militar y civil de Huesca, gerente de la Azucarera de Pravia, de la Fábrica de Armas de Oviedo, la Sociedad Industrial Asturiana y el Tranvía Central de Asturias, así como cofundador y segundo presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo. A esta rama pertenecen otros personajes ilustres, como el médico Jaime Álvarez-Buylla Menéndez (Oviedo, 1931), actual presidente de la Sociedad Filarmónica de Oviedo, e hijo del abogado Tomás Álvarez-Buylla López Villamil; así como los hermanos de este último, los militares Plácido y Manuel (éste también médico), que fueron alcaldes de Oviedo: el primero, tras romperse el cerco de la capital en la Guerra Civil; y el segundo, que restauró el busto a «Clarín», entre 1968 y 1975. Pero los Álvarez-Buylla no se agotan, ni mucho menos, en estas tres ramas. De un hermano de Plácido Álvarez-Buylla y Santín, Miguel, parte la rama del escritor Vital Aza Álvarez-Buylla, vinculada con Mieres. También vinculado a Mieres cabe reseñar al médico y benefactor Vital Álvarez-Buylla Rodríguez, primer alcalde democrático de Mieres, y al que está dedicado el hospital de la ciudad. Hay otros Álvarez-Buylla que entroncan con los Bascarán de Oviedo, o los Prieto, cuyo principal representante es Carlos Prieto Álvarez-Buylla, profesor de la Universidad de Oviedo. Los Álvarez-Buylla se extienden por Galicia, por Madrid, México, Barcelona, Venezuela... Emparentan con el político liberal asturiano Melquíades Álvarez (1864-1936), cuyo bisnieto Antonio Álvarez-Buylla es decano del Colegio de Abogados de Madrid. A esta rama pertenece el pintor Melquíades Álvarez-Buylla Ballesteros. Tampoco debe olvidarse la rama de los abogados, que se inicia con José Álvarez-Buylla Godino, nacido en Oviedo en 1881, que fue diputado en Cortes y militó más tarde en el partido de Alejandro Lerroux. Otros abogados destacados de la familia son Ignacio y Ricardo Álvarez-Buylla Fernández. «Los orígenes de la familia están en Gozón, entroncamos con los condes de Santa Eulalia y del Real Agrado, con los Agüera... Rastrear esta familia nos ha llevado a los cementerios, a buscar lápidas... Ha sido muy complicado», asegura Virginia Álvarez-Buylla, perfectamente consciente de pertenecer a un linaje que desde Asturias se abrió al mundo.

3 comentarios:

  1. Caray, Viki, enhorabuena. Yo, en el mío, sólo llego a la bisabuela Coleta, que era tejedora, y a su marido Policarpo, que era labrador cuando tenía algo que "labrar" el pobre. ¡Ah! eso sí, igual de maravillosos. Un gran abrazo. Aurora.

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  2. Voy añadir uno más, mi médico de DEGESTIVO, Arturo Alvarez Buylla, del que guardo buen recuerdo por su gran humanidad,añadida a su gran profesionalidad. Me vais a permitir, darle desde aqui un cariñoso abrazo

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  3. Chica Isabel, te pasas un pelo conmigo, no soy tan buena como dices y toda esa gente que conocemos y se portaron como cocheros ya no son capaces de hecerme daño. Mi familia me compensa. Aurora no me tomes el pelo, todas las familias son igual de respetables, por parte de mi madre tengo un mulero que vino de Palencia y era una joya

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