martes, 25 de octubre de 2011

¿ALGUIEN HABRÁ CONTADO UN CHISTE?

Simplemente me gustaría saber de qué se ríen. De dónde les nace esa cara de felicidad, ese lozano aspecto. El titular que acompaña a la foto en un medio de comunicación dice: Lo que antes estaba en marcha ahora está parado. Yo - que ciertamente ni soy política ni poseo su inteligencia- me pondría a llorar. Dicen que hacen falta 14 millones para poder pagar el salario social. Y luego está la Ley de la Dependencia, para la que tampoco hay dinero, claro. Se ha hecho un reajuste- a la baja- en las residencias para mayores del ERA: menos plazas, menos personal... o sea, peor asistencia. Se cerrará el Niemeyer y se tambalea La Laboral , de la TPA ni comentar; no importa: de la cultura no se come. Interesante, poder comer todos los días, quiero decir. ¿Cuántos parados tenemos en Asturias? No sé, lo olvidé, he enviado a la memoria remota la cifra: para no llorar, por ver si dejo de agachar la cabeza al toparme cada día más gente revolviendo en los contenedores de la basura cercanos a los supermercados. También procuro no pasar cerca de las oficinas de empleo. ¿O son de desempleo? Da lo mismo, yo las evito: no me gustan las colas, me retrotraen a historias que me contaba mi abuela de pobres, ricos, de racionamiento... Abuela -que yo le decía- que la guerra ya pasó, no me lo cuentes otra vez. Ahora resulta que la que cuenta soy yo. Sin comentarios. En otra parte del periódico leo que dos de cada diez asturianos se encuentran en pobreza relativa. ¿Relativa? No lo entiendo muy bien. Voy a Google en busca de estadísticas: complicado, desisto. Pablo, mi hijo, que está ducho en eso de estadísticas y pobreza, me aclara: cuando la pobreza es relativa quiere decir que no se morirán de hambre. ¡Uf, qué alivio! Cierto, mientras puedan rebuscar en los contenedores de basura no se morirán. No hay razón para no inmortalizar la felicidad, es mucho mejor para nuestra tranquilidad, aunque también sea muy relativa.

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