miércoles, 24 de agosto de 2011

UN POCO DE CORDURA, artículo de Virginia Álvarez Builla.

No se puede creer que la envidia, el rencor, o la mala uva por no decir otra cosa puedan sacar punta a todo, incluso algo tan altruista y digno como que una cirujana que ama su profesión y que ha renunciado a ella, durante algún tiempo, por el amor que tiene a su pueblo, sea criticada tan duramente por operar un día a la semana, donando sus honorarios a instituciones benéficas.
Todo el mundo sabe o debería saber que un cirujano no puede estar mucho tiempo sin operar, perdería destreza, por ello Carmen Moriyón sigue operando. Es cierto que tiene dedicación completa a la Alcaldía, pero si alguien duda que ocupa todo el tiempo del día en su labor de alcaldesa, no tiene mas que hojear los periódicos desde que tomó posesión del cargo y se la ve asistiendo a un montón de actos distintos cada día. Me consta que bastante a menudo no tiene tiempo para comer.
Ella ha renunciado a su vida para dedicarla a intentar solucionar los problemas del pueblo gijonés. Para empezar lleva muy poco tiempo y no se puede juzgar todavía pero se la juzga sin piedad. Todos sabemos que las cosas tienen que ir despacio por que hay mucho que hacer y prácticamente sin recursos, pero se le pide que saque su varita mágica y reparta oro para todo el personal. La cuestión es que no tiene varita mágica ni es una maga.
Tiene que ser desesperante, ocupar un cargo que no te deja tiempo para ti y los tuyos, intentar hacerlo lo mejor posible y no recibir más que patadas en respuesta. Yo no lo aguantaría ni cuatro días, diría muy poco educadamente «que os zurzan, no me merecéis» y me iría a mi casa feliz de la vida. Pero Carmen no, sigue adelante con una sonrisa, atendiendo a todos con la amabilidad que la caracteriza y lo menos que merece es una palmadita en la espalda y un estoy aquí si me necesitas. Con esta actitud los pueblos mejorarían y las gentes también.
Se me dirá que se me ve el plumero, que yo pertenezco a Foro, lo cual es cierto y que soy amiga de Carmen, lo cual no es cierto pues no la conocía antes de ser nombrada candidata. Sin embargo, en este poco tiempo he comprendido que los gijoneses, aunque muchos no lo merecen, tenemos mucha suerte con ella, que si hay alguien capaz de sacarnos del atolladero es ella.
Por otro lado si hay que sacar el sentido del humor en todas las ocasiones, entra risa el pensar la que se armó por unas operaciones, que benefician a los operados y a las organizaciones caritativas que recibirán el dinero. Parece que Carmen se haya dedicado a organizar bacanales o borracheras. Estoy segura que dedicará todo el tiempo que resta del día de las operaciones a la alcaldía. Además creo que todo el mundo tiene que tener tiempo libre para disfrutar, hasta una alcaldesa.
(Publicado en el diario El Comercio, 24-08-2011)

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