viernes, 8 de abril de 2011

NOSTALGIA DE OTOÑO EN PRIMAVERA


Es primavera, esa estación en la que todo debe renovarse. Pese a ello, yo estoy en otoño. El invierno ha sido crudo, hasta un poco cruel conmigo. No es lugar éste para quejarse, en realidad ninguno lo es: todos se apartan –nos apartamos- de quien hace de su vida un continuo lamento. Pero algo no funciona, los psiquiatras y lo psicólogos llenan sus consultas de personas que necesitan hablar. Y para chula yo, en lugar de contárselo a una sola persona (a un psiquiatra, por ejemplo), lo vuelco aquí, en un sitio privado... Supongo que es una manera como otra cualquiera de darles la lata a mis amigos/as sin que me lo puedan reprochar. Pues eso, que estoy de capa caída: de otoño. Probablemente porque está a punto de caerme encima un año más. Voy ganando edad y perdiendo cordura. Pero eso no es lo más grave, después de todo llevar una vida un poco alocada a determinada edad puede ser hasta saludable. No, no es eso lo peor. Creo que lo que verdaderamente me preocupa es que cada vez estoy en peor disposición de, eso, de llevar una vida un poco alocada, si es que alguna vez lo hice, que ni lo sé. En todo caso me arrepiento…, me arrepiento de haber renunciado a unas cuantas cosas que no estaban tan mal como se me decía. Pero ahora ya es tarde, ya no me apetece hacer nada que se salga de la rutina. Malo, malo, me estoy haciendo mayor. Y así, de repente. De pronto me he dado cuenta de que el último tren para ser feliz había pasado de largo. No sé, en realidad puede que ni haya pasado; porque, ¿existe eso de la felicidad? Los libros de autoayuda, último recurso de los desesperados, dicen que la felicidad consiste en conformarse con lo que uno tiene. Pues creo que yo ya tenía que haber alcanzado ese estado, porque me conformo con mi trabajo de mierda, con mis amigos que me traicionan de vez en cuando, con los que me quieren de verdad, con mi televisión de 20 pulgadas, mi sofá de Ikea, mi vecina que me cuenta sus miserias, ese ascensor que cada poco se estropea y me obliga a subir escaleras, con… Vamos con todo lo que me toca en suerte. Y… yo creo que no soy feliz.

1 comentario:

  1. ¡oh.....cómo estás!la moral por los suelos, eso no puede ser, no ,no.Esa no es Isabel, querida amiga hay que levantar ese animo y ¿qué te digo? no se me ocurre nada asi que estoy cómo tu.Yo creo que no soy feliz.

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